Muchas veces queremos hacer un postre ligero y refrescante y las tartas no suelen ser una opción, pero hoy os quiero mostrar una tarta muy sencilla y que no es nada pesada. Tiene un toque muy refrescante con la fruta y aunque yo le he puesto chocolate y crema pastelera os admite diferentes combinaciones según vuestro gusto.
Además podéis poner todo tipo de fruta consiguiendo un efecto visual muy bonito. Todos sabemos que la comida entra por los ojos antes de por la boca y con este tarta tan colorida seguro que nadie se resiste.
INGREDIENTES
1 lámina de pasta quebrada
Chocolate de cobertura
500 mL de leche
4 yemas de huevo
120 g de azúcar
50 g de maizena
1 vaina de vainilla
Fruta variada al gusto
Mermelada de albaricoque o brillo para tarta
ELABORACIÓN
Como no quiero que nadie se quede sin probar esta tarta porque piense que es difícil la masa quebrada la podéis comprar hecha. La pondremos directamente en el molde con el papel que trae y agujereamos el fondo con un tenedor. Horneamos a 180-200ºC durante unos 30 minutos y dejamos enfriar.
Mientras podemos preparar la crema pastelera o incluso la podemos dejar preparada de antes. Para ello ponemos la leche a hervir con la vainilla y el azúcar. Reservamos un poco de la leche y la mezclamos con las yemas y la maizena. Batimos bien para deshacer los grumitos y una vez templada la leche la añadimos poco a poco.
Volvemos a poner al fuego para cocer la mezcla y que espese. Es importante batir bien con unas varillas, así evitamos que salgan grumos. Una vez haya hervido retiramos. La pasamos a un bol y la cubrimos con papel film para que no le salga costra por encima. Por eso el papel lo ponemos en contacto con la crema.
Una vez templada la base de la tarta y la crema derretimos el chocolate al baño maría o al microondas. El chocolate se quema muy fácilmente, por eso si usáis el microondas es importante que lo hagáis poco a poco moviendo cada 20 o 30 segundos.
Ponemos una fina capa de chocolate en el fondo de la tarta y encima otra de crema. Luego cubrimos con las frutas y por último con mermelada de albaricoque o con brillo especial para tartas. Así evitamos que la fruta se ponga fea y se oxide.
Guardamos en la nevera hasta la hora de servir, aunque mejor sacarla un poco antes para que no esté excesivamente fría.
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