Pan de viena

Sigo experimentando con los panes y esta vez he hecho un pan muy especial. Su nombre es pan de viena ya que fue creado en esta ciudad en el siglo XIX.

Este pan se caracteriza por una miga suave y esponjosa con un ligero toque a mantequilla y una corteza poco crujiente, más bien blandita como un bollo. Como además lleva algo de azúcar nos sirve para tomar con salado o con dulce en el desayuno o la merienda.

Vamos con la receta. Con las cantidades que os indico salieron dos bollitos pequeños.

INGREDIENTES

200 g de harina de fuerza

6 g de levadura fresca

85 g de agua

12 g de azúcar

1 cucharadita de sal

60 g leche

20 g de mantequilla

ELABORACIÓN

Empezamos mezclando 120 g de harina con el agua y la mitad de la levadura y dejamos reposar esta masa durante 40 o 60 minutos. Así conseguimos activar la levadura y hacer lo que se llama un prefermento. Podéis dejar esta mezcla incluso de un día para otro en la nevera.

Después mezclamos el prefermento con el resto de los ingredientes, excepto la mantequilla y vamos amasando. Por último incorporamos la mantequilla y seguimos amasando hasta obtener una masa que no se pegue a las paredes ni a las manos. Podemos trabajarla un poco más con las manos y formar una bola que dejamos que repose hasta que doble su volumen.

Pasado este tiempo desgasificamos ligeramente y damos forma a los bollos. Para ello dividimos la masa en dos. Cada porción la estiramos para darle forma de rectángulo y enrollamos por la parte más larga. Sellamos dando pequeños pellizcos y ponemos sobre una bandeja de horno con los bordes sellados hacia abajo.

Cuando doble el volumen ya podemos hornear a 180ºC durante unos 30 minutos. Estos panes no deben quedar excesivamente tostados, sino más bien con un tono dorado. Enfriamos sobre una rejilla y ya los podemos comer!