Hoy quiero compartir una de esas clásicas recetas que a mucha gente le da miedo. Me refiero a las croquetas y digo que hay gente que no se atreve porque la bechamel tiene su aquel.
En muchas ocasiones me han preguntado por cómo la hago para que no me salgan grumos y es que no es nada fácil, pero a todos nos pueden salir unas estupendas croquetas.
Quiero intentar explicaros cómo hago yo la bechamel, si bien me gustaría aclararos que las primeras veces me costó cogerle el punto e incluso he tenido que tirar algún intento. Sólo os puedo decir que os animéis a intentarlo, no perdéis nada y podéis ganar unas estupendas croquetas caseras... Merece la pena,no?
INGREDIENTES
Aceite de oliva
Harina
Leche semidesnatada o entera
Jamón
Huevo
Pan rallado
ELABORACIÓN
Empezamos poniendo en una cazuela unas 4 cucharadas de aceite, que cubra bien el fondo. Cuando ya esté caliente añadimos la harina.
Cada harina es diferente, pero más o menos os harán falta unas tres cucharadas. Hay que dejar que se tueste la harina y al final debe quedar una pasta espesa como la que veis en la foto.
Ahora llega el punto clave para que no queden grumos. Lo primero os recomiendo que uséis una varilla porque hay una gran diferencia y es mucho más fácil quitar los grumos que con una cuchara de madera.
Retiramos del fuego y añadimos un poco de leche. Yo uso la leche fría aunque hay gente que la calienta previamente. En este momento es muy importante batir energicamente y volver a poner al fuego no muy fuerte.
Poco a poco se irá espesando y como hemos añadido poca leche quedará una bechamel muy espesa. Esto es simplemente para quitar los grumos y obtener una pasta fina aunque espesa. Os aseguro que si en este paso deshacéis todos los grumos ya no saldrán al ir añadiendo más leche.
Cuando tengáis una crema como la de la foto y sin grumos podéis ir incorporando el resto de la leche poco a poco y dejando que hierva. Os digo esto porque hasta que la bechamel no hierve sigue engordando y no os haréis a la idea de cómo de espesa está quedando realmente.
En este caso hay que dejar la bechamel un poco espesa para luego poder dar forma bien a las croquetas. En el caso de que estéis haciendo uan bechamel para canelones por ejemplo podéis dejarla más clara.
Una vez tengáis la bechamel con el punto deseado añadís sal al gusto en el jamón picado finito. La ponéis en un plato y dejáis enfriar.
Una vez fría vamos cogiendo pequeñas porciones y las pasamos por huevo batido y pan rallado.
Las vamos poniendo en un plato y luego las freímos en abundante aceite.
Y esto es todo... Ahora a ponerse a ello y a disfrutar de unas sabrosas croquetas!
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